Fuente: Granada Digital 14/06/07
Un estudio realizado en la UGR revela que al reducir el estrés de personas con Lupus disminuyen también algunos de sus síntomas, como la pérdida de peso inexplicable, la sensación de fatiga, la fiebre prolongada o el dolor e inflamación en las articulaciones.
El lupus una enfermedad autoinmune, en la que se producen anticuerpos que lesionan los tejidos y órganos propios. Provoca que el sistema inmunológico quede fuera de control, y el organismo ataque a las células saludables en lugar de a los gérmenes presentes en él. Esta patología, que afecta a más de cinco millones de personas en todo el mundo, se desarrolla en mayor medida en mujeres en edad fértil entre los 15 y los 44 años.
Una investigación realizada en el departamento de Medicina de la Universidad de Granada ha determinado que el estrés cotidiano -que se produce por circunstancias poco graves pero muy frecuentes- puede exacerbar los síntomas de los pacientes con lupus. Dicho de otro modo, controlar el nivel de estrés de los afectados por esta enfermedad permite disminuir los efectos negativos -sensación de fatiga, pérdida de peso inexplicable, fiebre prolongada, dolor e inflamación en las articulaciones- que provoca.
Este trabajo, realizado por la doctora Nuria Navarrete Navarrete y dirigido por los profesores Juan Jiménez Alonso y María Isabel Peralta Ramírez, pretendía comprobar los efectos del tratamiento del estrés cotidiano en pacientes con lupus y elevados niveles de estrés. Para ello, un equipo de psicólogos de la Universidad de Granada aplicó una terapia de afrontamiento del estrés a un grupo de 45 pacientes con lupus, con el objetivo principal de enseñarles a manejar su estrés para disminuir así los efectos negativos de la enfermedad. Los resultados mostraron que los pacientes que recibieron la terapia disminuyeron de forma significativa sus niveles de estrés, ansiedad y depresión, alcanzando niveles incluso inferiores a los de la población general. Además, mejoraron de forma muy importante su calidad de vida, tanto a nivel físico como psíquico, y presentaron menos síntomas cutáneos y músculo-esqueléticos, que son los más habituales en los afectados con lupus.
Manejo del estrés cotidiano
Nuria Navarrete explica que el lupus es una enfermedad crónica que aparece en brotes, de modo que los pacientes alternan períodos de estabilidad clínica con otros en los que hay síntomas y signos de que la enfermedad está activa. Hay diversos factores que pueden provocar crisis y, por tanto, empeorar el pronóstico de la enfermedad, y uno de ellos es el estrés.
El estrés cotidiano está muy presente en la vida de las personas con lupus. A las circunstancias habituales que generan ansiedad en la población sana, se añade la que produce el saber que se padece una enfermedad crónica, controlable pero incurable, de pronóstico incierto, que requiere tratamiento crónico, a veces para toda la vida, y no exento de riesgos secundarios importantes.
Los resultados de la investigación realizada en la UGR resaltan la importancia del abordaje global del enfermo en el lupus y, por extensión, en otras enfermedades crónicas. “La atención de los aspectos psicológicos es, dados los resultados obtenidos, fundamental para conseguir un tratamiento global efectivo del paciente”, apunta Navarrete. Es decir, junto con el tratamiento farmacológico habitual, el tratamiento del estrés cotidiano es un arma útil en el manejo de los enfermos con lupus. "Pensamos que podría ser útil desde el momento del diagnóstico de la enfermedad, pues ya en ese momento el paciente puede requerir ayuda para manejar su estrés y minimizar sus efectos negativos", indica la investigadora granadina.
Parte de los resultados de esta investigación se han publicado en las prestigiosas revistas científicas Psychosomatic Medicine y Revista Clínica Española.
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